A petición del respetable, y como donde hay confianza da asco, aprovecho que Javier Coronilla ha estado currando en el rodaje de la película más cara del cine español para que nos cuente cómo fue y cómo le fue. O sea, firma invitada:
La producción había comenzado en Madrid. Venía de rodarse en decorados e interiores en Madrid y diversas poblaciones de la Comunidad; una vez acabado se trasladaba a Cádiz, donde estaban previstas 5 noches de rodaje nocturno en el galeón construido en Tarifa, dos días en Cádiz capital y media jornada en Conil. Después se rodaría en Sevilla, más tarde en Úbeda y Baeza, para terminar en la población conquense de Uclés. Los cambios se fueron sucediendo casi a diario pero al final volvió casi a lo que ya os he comentado.
En la provincia de Cádiz se rodaría en el citado galeón en Tarifa; en Cádiz teníamos La Caleta, que representaba el puerto de la época, y el castillo de San Sebastián, en el que teníamos construidos tres sets. Dos de ellos representan una cárcel y el tercero una estancia de la que no os puedo comentar nada por motivos de confidencialidad, pero en ella transcurre una escena bastante impactante en la que se demuestra el carácter de Alatriste. Aparte, y como medida de seguridad, teníamos preparado un cover set en el castillo de Tarifa, que representaba una cantina, por si una vez aquí saltaba el levante y no se podía rodar en el galeón.
Yo estaba asignado al equipo de ambientación de La Caleta y estaban bajo nuestra responsabilidad los citados decorados de la playa, el castillo y, en menor medida, el cover set de Tarifa.
El set de la playa es un poco de dominio publico, pero básicamente estaba constituido por una construcción que simulaba ser la continuación del castillo de Santa Catalina y más que el decorado, el cogollo del asunto era llenar el plano con multitud de cosas, desde carretas a tiendas, pasando por barriles, cubos, tinajas... así hasta tres traileres de “tiestos”. Los primeros días nos los pasamos quitando nieve artificial, ya que la mayoría del atrezzo venía de El reino de los Cielos y no lo habían limpiado, y como que nieve en la caleta todavía no hay... el otro set, el del castillo, consistía en colocar las rejas de la cárcel, y poner algo de atrezzo como colchones roídos y cosas por el estilo, ya que el castillo se las pinta solo para eso. Aquí hubo poco trabajo, ya que las rejas las colocaba el departamento de construcción, y nosotros solo teníamos que colocar el poco atrezzo que llevaba, pero quizás fue el más entretenido ya que por ejemplo nos llevamos toda un mañana arrastrando todos los colchones por los suelos húmedos para que cogieran mugre o preparar todos los candelabros para que parecieran que llevaban mucho tiempo ardiendo quemando cera, tirándola por los suelos y haciendo que chorreara por todos lados soplete en mano. Más trabajo se llevó la estancia que os comenté antes y que exigía planos muy cercanos del atrezzo, con lo cual hubo que currarlo mucho. Algo interesante de este set es que había muchos planos de barcos y esquemas de galeones que no eran sino fotocopias de libros a las que destrozábamos los filos y que pasábamos por un cubo con albero para que cogieran ese tono amarillento.
Metiéndonos en faena en la playa, tuvimos multitud de problemas con la marea, ya que los barcos que colocábamos en la arena y que no navegaban porque estaban reventados (simulaban estar en un astillero artesanal) se llenaban cada día de agua y arena y había que, pala en mano, vaciarlos y volverlos a sacar a superficie, toda una delicia... Haciendo cuentas, había 4 barcos en tierra y creo que 17 en el mar, incluyendo 3 travelos portugueses que se habían traído desde el país luso, dos de ellos construidos para la ocasión y que debía de transportar a los protagonistas hasta la orilla.
En tierra teníamos 6 carromatos de diferentes tipos, unos 30 barriles, miles de sacos, cubos, tinajas, monturas para caballos, bultos, alfarería varia, calderos y miles de cosas más para “adornarlo” todo. Poco a poco pasaban los días e íbamos pasando de ordenar y catalogar a ir colocando cositas, aquí llegó la sorpresa que me llevé al enterarme tras una jornada entera de trabajo restaurando una jaula para cerdos que era la estructura que se había utilizado en Conan el Bárbaro para levantar la tienda del mismísimo Conan y que se puede ver en algunas escenas de la misma: a partir de ahí veía la jaula con otros ojitos. Otro de los trabajos que tuvimos que realizar fue el tapar como pudimos el brazo del Balneario, ya que inexplicablemente se habían quedado cortos con el decorado y se veía toda la cúpula y la estructura. Pues nada, autosuficiencia scout y a coger todo lo que pillamos. Montamos un tenderete, encima una balconada que hicimos con parte de la madera que Legolas había quemado en El Reino de los Cielos y problema solucionado, para cuando lo tuvimos todo listo faltaban unos días todavía para el rodaje, así que nos dedicamos a ir perfeccionando todo un poco.
Nuestra jornada de trabajo iba desde las 8 de la mañana hasta las 7 de la tarde. Una vez empezado el rodaje en el galeón, terminábamos nuestra jornada, una duchita en casa y bocata en mano nos íbamos hasta Tarifa a ver como se rodaba hasta las 6 de la mañana, para volvernos y seguir a lo nuestro, locura ésta que cometimos un par de veces y que juro no volver a hacer (nunca había conducido con sueño, mala cosa). El rodaje de Tarifa era espectacular: peleas, tiros y la magia del cine, lo que nadie dice es que el truco de magia lleva 200 personas detrás trabajando muchas horas diarias y que cuando estas en la otra parte de la barrera solo quieres que Viggo lo clave de una vez e irte a la cama. Aprovecho aquí para comentar que el Señor Viggo Mortensen es todo un caballero, siempre preocupado por el equipo, educado hasta el hastío y artista empedernido. Hubo un día en el que mientras rodaba otro actor él se dedicó a sacar fotos de las florecillas del castillo o con una cámara de los años 70 (la verdad es que en plena floración el prado que se formaba era precioso). Y para los frikis, si, es cierto: lleva siempre la espada a todos lados y como tenga ese día una escena de pelea, prepárate, porque la cara de mala leche que exhibe da miedo (el tío se levanta tal y como dice el guión): si hoy se ruedan peleas toca estar de mala leche, que toca rodaje relajado pues se vuelve tierno y afable, profesional hasta el paroxismo. El resto de actores son todos muy enrollados y unos profesionales como la copa de un pino.
Por fin llegó el día de “nuestro“ rodaje. Llegamos temprano al set, todo el mundo preparaba su parte y horror, que dice el director que no va a chutar cara a la parte decorada, que ahora se le ha antojado chutar para el otro lado, así que ponte a montar un decorado de fondo en dos horas mientras llegan los extras y se prepara la cámara. Al final quedó mejor que lo que teníamos preparado, se iba a rodar solo un plano secuencia que empezaba con la steadycam en una barca en el agua, seguía al barco de los protagonistas y que se bajaba en pleno desembarco para seguir la escena hasta el decorado; se hicieron 3 o 4 intentos pero el mar de leva no dejaba hacer un desembarco limpio, así que se hizo en dos trozos. La toma se repitió hasta que no hubo luz para seguir, lo que provocó que algunos figurantes se marearan en las barcas y empezaran a protestar, pero el mundo del cine no es lo que vemos en los DVD y, claro, uno piensa que vas a estar media hora allí y para casa y no, y menos en España, que se hace cine de guerrilla.
El día anterior se había rodado todo lo del castillo con lo cual solo quedaba recoger y empaquetarlo todo para que el circo de la película se fuera para Sevilla y aquí terminó nuestra colaboración en el capitán Alatriste, en total un mes de trabajo y 4 sets.
Anécdotas muchas, pero la más sonada fue que después de un mes de infernal levante en Tarifa, que casi estuvo a punto de levantar el galeón, se tuvo que hacer ondear la bandera del mismo con un nylon de pesca atado al extremo, porque al viento no le dio la gana de aparecer esos días: por otra parte, gracias a Dios, ya que si no no se hubiera podido rodar. Si es que lo que no pase en Cádiz...
Ahora a seguir aprendiendo. Estamos montando nuestra propia productora (Elentari), con un departamento de efectos especiales (La Fragua de Vulcano) de la que soy el responsable y esperamos dar mucha caña. Os doy la primicia: al final no ha podido, ser pero hemos estado haciendo localizaciones por la provincia para El Código Da Vinci, pero al final van a rodar a Malta. Qué se le va a hacer...
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