Hizo su entrada en el mundo de la historieta como Virgilio descreído para la Cosa del Pantano: una gabardina arrugada, una cabellera rubia, un acento inglés, mucho tabaco y una actitud. John Constantine, el mago de la mala suerte, el ocultista que, basándose en los rasgos del cantante Sting, pondría en solfa (como un Lobezno del terror, por otra parte) el status quo del mundo que, a regañadientes, le había tocado defender contra aquel otro mundo que temía y, quizás, conocía perfectamente por haber venido de allí. Lo creó, ya digo, como secundario de lujo Alan Moore en su serie. Y su carisma hizo el resto.

En 1987, cedidos los bártulos a otros autores, y con el título John Constantine: Hellblazer, nuestro particular inglés descreído inició, dentro de la línea Vértigo, su periplo por magias y espantos. Primero con Jamie Delano como guionista y John Ridgway a los lápices, y al correr de los tiempos con otros grandes autores en sintonía con su visión del mundo como Garth Ennis, Steve Dillon, Brian Azzarello y hasta un recuperado Richard Corben.

Las aventuras de Constantine, más allá del equívoco que quiso primero verse con sus iniciales (porque es cualquier cosa menos un mesías, naturalmente), se entroncan en la estética del perdedor. Constantine tiene la mirada cínica de un detective clásico, la voz en off de un Philip Marlowe superviviente de aquelarres. Es, en efecto, un náufrago de espantos que a veces se nos narran, a veces se nos sugieren. Constantine es un hombre sin amigos porque, como bien ejemplifica el subtítulo de su serie, trae el infierno, sobre todo a aquellos que tienen la mala suerte de cruzarse en su camino y amarle.

Todo en medio de una actitud muy británica en una editorial que, paradójicamente, no lo es. El exotismo de Constantine está, precisamente, en que es mundano. No es un héroe musculado, no es un yanqui seguro de sí mismo, un héroe al uso. Constantine es un inglés, un brit alcoholizado, fumador empedernido, su voz de aguardiente suena en las líneas que acompañan sus reflexiones. Constantine es cobarde, porque ya no cree en los héroes, si es que alguna vez fue héroe él mismo. Es desgraciado en el juego, en la aventura y en el amor. Si siente compasión por el mundo en el que vive, se guarda muy mucho de hacérselo ver a él mismo: quizá no encuentre diferencia entre el demonio que le persigue o la mujer que lo abandona, entre el pueblo rendido a cultos satánicos y las novias que escapan del caos de la situación política en Irlanda, entre el ángel y el demonio que suponen quizás las dos caras de una moneda que se le escapa por algún agujero en el bolsillo.

Constantine es un ave extraña en el mundo de la historieta norteamericana. Porque no es americano, sino inglés, y no le desencantan demócratas ni republicanos, sino whigs y tories, la vida misma en su mezquina búsqueda de luces y sombras. Constantine viene de Sting pero pronto se convirtió en Syd Vicious, y de ahí, quién sabe, si en conciencia descreída de nuestra sociedad, sea en América, sea en su propia tierra: un predicador del nihilismo, un ex adorador de su propia persona. Guapo y desgreñado, solitario, un corcho a flote en la tormenta. Como cualquiera, sí. Sólo hace falta darte cuenta de que ninguna gran responsabilidad puede pagar el precio de querer jugar con poderes tan grandes.

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Comentarios

1
De: Anónimo Fecha: 2009-07-24 11:56

El primer arco argumental (el que publicó Zinco) contaba con argumento de Alan Moore. Y se notaba, no estaba mal. Me gustaba. Todavia Constantine era un sucio manipulador, atormentado por sus errores del pasado.

Luego el guion ya quedó solo en las manos de Jamie Delano quien realizó, en mi opinion, numeros extraordinariamente aburridos y escasisimos de imaginación. Convirtió a John Constantine en un simple borracho sin personalidad, incapaz ni de hacer la compra en el Mercadona sin ponerse a lloriquear.

Lo cierto es que aun no he leido nada de Jamie Delano que no sea un coñazo pretencioso y vacio.

Memorable truño aquel de "Mundo sin fin".



2
De: Dicker Fecha: 2009-07-24 12:07

Para mi gusto el mejor personaje de comic.

La colección nunca ha estado a la altura del personaje, excepto con Ennis y sus Hábitos Peligrosos.

Cierto, Mundo sin fin era infumable.



3
De: WWfan! Fecha: 2009-07-24 17:47

Jaime del Culo.



4
De: Apático Fecha: 2009-07-24 19:09

¿Y la etapa de Brian Azzarello estaba bien? Es que aún no la he leído ¿Tenía influencias del Incal?



5
De: Vazquez Fecha: 2009-07-24 19:43

Apatico, todo depende de cada uno. La etapa de Azzarello no tiene influencias del Incal. Mientras la leía me parecía que tenia momentos y sagas estupendos, pero que la mayor parte del tiempo no entendia nada de lo que esta pasando. Lo que ocurre es que al final todo encaja muy bien y cobra sentido. Pero eso si, creo que el guionista no consiguio cogerle el punto al personaje. Constantine no habla y se comporta como estamos acostumbrados.



6
De: WWfan! Fecha: 2009-07-24 21:50

>>>¿Y la etapa de Brian Azzarello estaba bien?

Amplío la pregunta.
¿Hay algo de Brian Azzarello que esté bien?.
Quitando a su genial esposa (Jill Thompson), se entiende...



7
De: RM Fecha: 2009-07-24 23:22

... me temo que no has visto a Jilll en persona.



8
De: Anónimo Fecha: 2009-07-25 22:01

Martin Hel, de Robin Wood es la versión de Constantine en ganador.
A ese sí que le sale todo bien.



9
De: WWfan! Fecha: 2009-07-25 22:23

Pues sí. En Avilés.
Me encanta cómo dibuja.
Y su delantera tampoco desmerece frente a la del Barcelona.



10
De: WWfan! Fecha: 2009-07-25 22:24

Es más, tengo una Wonder Woman hecha por ella.
Y el 62 USA de WW que suponía el final como guionista de George Pérez, firmado por los dos.