Estuvimos ayer, como muy bien se ha encargado de reseñar Alfonso Merelo en su bitácora, en Dos Hermanas, justo al ladito de Sevilla, a 105 kilómetros de Cádiz, en las Primeras Jornadas de Literatura Fantástica que se celebran allí. Carretera, madrugón y manta, alli que me planté con mi mujer y con mis hijos, y sólo puedo decir que en buena hora.
Verán, uno ha asistido ya a muchos encuentros de todo tipo, cómics, literatura popular, ciencia ficción. Grandes y pequeños. Buenos y mayormente malos. Hasta algún cuento de Torre le dediqué hace unos meses a una experiencia real y abracadabrante que tuvimos cierto amigo dibujante y yo en un pueblo de cuyo nombre no quiero arcosdarme. O sea, que en el fondo uno está hecho a todo y sabe que se puede encontrar cualquier cosa.
Y en este caso nos encontramos con una gratísima sorpresa. Porque el sitio donde se celebraron estas jornadas es una biblioteca moderna, gigantesca, impresionante, un punto de encuentro de mucha gente, bien surtida, bien comunicada, en un paisaje que parecía un diminuto universo de bolsillo donde se respiraba paz, tranquilidad y curiosidad y donde el acento romántico del día lo pusieron, y mi hija se hartó de hacer fotos, las golondrinas que habían anidado en lo alto de las columnas del sitio y la forma veloz con que alimentaban a sus crías, unas cabecitas y un pico abiertos dentro de un agujero minúsculo. Independientemente del aspecto moderno de la Biblioteca Pedro Laín Entralgo, había allí un no se qué de claustro románico y de la tranquilidad que incita a la meditación que imaginamos en esos sitios.
Allí me encontré con Juaki Revuelta, que tuvo que volverse corriendo a casa por un asunto de hostias, y Alfonso Merelo que cerró con broche de oro y mucho sentido del humor las jornadas con su charla sobre televisión fantástica, a la espera de que de una maldita vez salga su libro sobre el tema. Allí nos encontramos con Javi Negrete, a quien no veía desde los pocos minutos que pudimos charlar en la entrega del Minotauro allá por febrero, y que es una de esas personas con quien reanudas la conversación que mantenías hace un año como si no hubiera pasado el tiempo, tantas son las cosas que nos unen en tantos aspectos de la vida. La cosa, claro, nos supo a poco: menos mal que dentro de un mes y una semana nos volveremos a ver, junto con otros buenos amigos, en la Semana Negra de Gijón.
También conocimos a Pepe Carrasco (que presentó junto a nosotros su libro Capitán Nadie) y a J. Angel Muriel, que dio una interesante charla por la tarde sobre escribir, publicar, derechos de autor y esas cosas que parecen tan lejanas cuando se es joven y se tienen ganas de abrirse camino en este campo.
Porque, eso sí, la cincuentena de personas que había en las Jornadas no podían catalogarse de expertos en la ciencia ficción (no todas, al menos), ni de frikis, sino que se respiraba en el aire ganas de aprender, curiosidad por tener allí delante a dos señores a quienes creen consagrados (risas enlatadas aquí, porfa), y a quienes al parecer sorprendimos con nuestra forma de ser. Lo que ellos no saben es que al estar fuera del ámbito del fándom y los encuentros más o menos oficiales (o sea, HispaCones o Asturcones) nos dimos el lujo de hablar de otra manera, centrándonos más en la literatura y en el género pero sin ceñirnos en exclusiva a él, cambiando de registro y no teniendo que dar cuentas a esa cosa tan peligrosa que nos pisa siempre los pasos, los fans.
Creo que el encuentro ha sido muy positivo, tanto para quienes organizaban la Jornada como para nosotros. El trato ha sido exquisito, hemos conocido a gente nueva e interesante, quedamos en intentar potenciar nuevos proyectos aquí mismo y hasta en Sevilla (no lo dejes correr, Darío), y hasta consiguieron entre todos que me picara el gusanillo de ponerme un día de estos manos a las teclas.
Es lo que se merece el género, por lo menos: salir de una vez del ghetto de etiquetas, editoriales y aficionados, para dirigirse al público general, ese que puede leerte sin constreñimientos y que puede todavía apreciar el sentido de la maravilla que en otros casos ya hemos perdido todos. Encuentros de este tipo son, sin duda, un paso importantísimo para el futuro.
Comentarios (34)
Categorías: Literatura