Veamos, lo mejor de la función de ayer fue, sin ningún género de dudas, la chirigota del Love, el Cabra y compañía, "Los puretas del Caribe", toda una institución, ya saben, dentro de nuestra fiesta, y a la que parece haberle sentado bastante bien la incorporación de Lolo Álvarez Seda como letrista. Yo personalmente lamento, eso sí, que este último se haya llevado consigo, al sumarse a la chirigota, no solo su talento como letrista, difícilmente cuestionable, sino también su gusto por los gags visuales y la utilización innecesaria de todo tipo de accesorios y figurantes, lo que se deja notar, sobre todo, a lo largo del popurrí. Porque cuando estos puretas de discoteca (y más concretamente de la disco "El Caribe", que de ahí viene, claro está, el título de la agrupación, algo cogido por los pelos) se dedican a relatar en semejante pieza muchas de las situaciones que suelen producirse en esta clase de locales, y a retratar a la variopinta fauna que los frecuenta, no veo que sea en absoluto preciso el que los distintos personajes mencionados vayan saliendo a escena, la verdad, especialmente en el caso de las cuartetas que se sostienen perfectamente por sí mismas (que son muchas, como la del portero o la del mariquita), sin necesidad de ese apoyo visual. Pero bueno, al menos el grupo lo borda, con su arte habitual, en los momentos en los que el repertorio se vuelve, pues eso, más visual y teatral, con lo que salen bien parados del lance, creo yo. Por lo demás, y dejando a un lado el divertido y animado popurrí, elaborado todo eé en base a músicas de la época en la que estos discotequeros venidos a menos triunfaban en las pistas de baile de toda la ciudad, la presentación cumplió bien su cometido de ponernos en antecedentes, acerca del personaje, y de caldear el ambiente desde el primer momento con su musiquita tan movida, mientras que los pasodobles y los cuplés tampoco defraudaron, ni mucho menos. En lo que respecta a los primeros, quizá un pelín mejores de letra que de música, pero defendidos ambos de forma impecable por el grupo, como no podía ser menos, me parece que cometieron el error (y parece mentira en ellos, unos chirigoteros tan sumamente experimentados) de equivocar el orden, y cantar en primer lugar el que deberían haber cantado para cerrar la tanda, ese tan bueno que interpretaron primero sobre la forma en que aquí se solventa cualquier tipo de manifestación cuando los que mandan se cansan de ella, a base de palos y mediante la represión policial como en los mejores/peores tiempos de la dictadura, y en segundo lugar, por el contratrio, el que cantaron después, de salutación y presentación. Pero bueno, en cualquier caso, y sea como sea, los dos estuvieron bastante bien, con esa fórmula habitual en el letrista sevllano de darle a la primera parte de sus pasodobles un tono más cómico, y a la otra otro mucho más serio. Y lo mismo cabe decir acerca de los cuplés, vaya, que los dos estuvieron bastante bien, aunque el primero, acerca de la cantidad de series que siguen estos veteranos carnavaleros, se me antojó algo más flojete que el segundo, este sí muy bueno, en torno al ratero de Urdangarín, pero con la coña añadida de cantarlo en coreano (en coreano de Cadi, Cadi, vamos), aprovechando que Juan Carlos Aragón, poco antes, había cantado casi todo su repertorio en italiano (ni tres horas tardó el chaval en servir de cachondeo, ya ven). Una actuación de lo más completita, en definitiva, la del Love y los suyos anoche sobre las tablas del Gran Teatro Falla, especialmente si a todo lo anterior se le suma un estribillo cargado de guasa, por lo que este año quizá vuelvan a tener posibilidades de entrar en la final, después de todos estos años que se han llevado en un discreto segundo plano dentro del Concurso, estos verdaderos monstruos del Carnaval.
La otra agrupación que destacó en la jornada de ayer, para mi gusto, fue el coro al que le ponen letra Paco Cárdenas y Ramón Peñalver, titulado en esta ocasión "¿Listos los de atrás?¡Listos!", y eso a pesar de llevar un nombre tan rematadamente feo y un tipo tan sumamente rebuscado. En efecto, entre lo peor de esta agrupación se encuentran, sin lugar a dudas, su título y su planteamiento, en lo que respecta al citado tipo, que paso a intentar explicar para quienes no los hayan entendido, que me calculo yo que serán bastantes, vaya, porque fáciles de pillar no son, en absoluto. Verán, resulta que los miembros de la orquesta van vestidos de payaso, pero no de un payaso cualquiera, sino del típico payaso tonto que siempre hay en cualquier función tradicional del circo; el denominado "Augusto". El resto del coro, situado tras ellos, también va de payaso, pero en este caso del payaso listo, o "Clown", que siempre suele acompañar al otro, y con el que busca contrastar, evidentemente, de forma cómica. De ahí, sigh, el título del coro, "¿Listos los de atrás?¡Listos!". Paesharlo, sí. Pero no se queda ahí la cosa, no, ya que el tipo va más allá y pretende establecer una analogía bastante alambicada, en fin, entre la situación política y económica actual y estos dos personajes, identificando a los ciudadanos de a pie con el payaso tonto, claro está, y a quienes nos pisotean y explotan desde la política, la banca y el mundo financiero, con el listo. Una idea bienintencionada, obviamente, pero no demasiado sólida y clara, ni tan siquiera original, de hecho, al presentárnosla un año después de que la comparsa de Bienvenido ya utilizara el mundo circense para realizar una crítica similar al sistema, con "Los currelantes". Pero bueno, tendremos que quedarnos con que la puesta en escena del coro, eso sí, resulta bastante bonita y colorida, y con que al menos les sirve de excusa, el tipo de marras, para dar caña durante todo el repertorio, especialmente en el popurrí, lo que me parece poco más o menos que imprescindible, y hasta obligado diría yo, en el presente Carnaval. Mención aparte merece, en otro orden de cosas, la música del tango elaborada por Antonio Martín para la ocasión, tan buena como todas las que nos ha venido trayendo últimamente este autor, invariablemente las mejores de cada nueva edición del COAC, a mi juicio, de un tiempo a esta parte (para que se hagan una idea quienes sean nuevos en esto, en fin, así eran más o menos los tangos antes de que se fueran a tomar por culo, juas). Y si las dos letras que nos trajeron anoche con la misma, estos coristas de la capital, tampoco estuvieron nada mal, pues miel sobre hojuelas. La primera, al propio tipo de la agrupación y a la idea que pretenden representar, resultó guerrillera, al igual que la segunda, acerca del fracaso que ya es, desde el mismo momento en que no se ha terminado casi nada de todo lo prometido para estas fechas, la celebración del Bicentenario, y la pasividad ante tal situación de los gaditanos, que solo luchan, dijeron ellos, por Carnaval. Bien los dos tangos, ya digo, que el conjunto de voces supo defender una vez más como es debido, además, gracias a la impagable labor de afinación que realiza cada año Leonardo Calle, sin duda alguna uno de los directores que más partido sabe sacarle a las músicas del maestro Martín, desde que ambos colaboraran tantas veces en la época dorada del coro de La Viña. Los cuplés, por último, no pasaron de simpaticones, pese a lo cual pienso que el coro tuvo un estreno bastante lucido, en líneas generales, en la noche de ayer, lo que debería valerle, de mantener el nivel en sus sucesivos pases, para luchar por un puesto en la final... si el Carnaval no estuviese como está, claro. Estando el Carnaval como está... quién sabe lo que pasará con ellos.
Por lo demás, poco más hubo, digno de mención, en la jornada de anoche, salvo quizá la comparsa de José María Barranco y compañía, "Como salidas de un cuento", con su tipo de Brujas Piti, la mar de sencillita y gaditana, y de agradable de escuchar, por lo tanto, o la chirigota de José Juan Pastrana y los suyos, "Los traviesos que vienen con caja, bombo y platillo, la que van a liar, chiquillo", unos extraterrestres que también completaron, asimismo, una actuación bastante decente.
En el apartado de los cuartetos, no obstante, no me resisto a comentar un par de cosillas sobre el que intervino anoche en el Falla, "Llévatelo calentito", una apuesta bastante arriesgada, por parte de sus autores y componentes, que pretendieron retomar, de algún modo, el estilo tradicional de la modalidad... con muy poca fortuna, me temo. Se equivocaron de medio a medio, sin duda, estos cuarteteros de la capital, tanto con su tipo, de mojones (literalmente), y con el tono excesivamente escatológico del repertorio, en consecuencia, como con su actitud, tan descarada, chulesca y atrevida. Imagino que pensarían que esa manera de presentarse ante el público podría caerle en gracia a este, pero lo que consiguieron fue precisamente lo contrario: que el respetable les acabara pitando y abucheando, indignado por el modo en que alargaron, sin necesidad, su despedida, y por el desafortunado trato dispensado a todos los presentes en la sala, incluido el jurado, por los miembros de la agrupación. Se puede decir, en fin, que la cagaron, y mucho además. Una verdadera lástima, ciertamente, porque si lo que querían era resucitar los cuartetos a la vieja usanza, lo único que lograron fue darles la puntilla definitiva, otorgandoles más argumentos a sus detractores. Para mí, en cambio, lo único que quedó demostrado al respecto de semejante disyuntiva anoche es lo tremendamente difícil que es hacer un buen cuarteto de los de antes (o un cuarteto a secas, vamos, que lo de ahora es otra cosa), especialmente en comparación con los actuales. Estos chavales, al menos, lo han intentado.
Y eso es todo por hoy, me temo.
Ah, bueno, también actuó anoche la comparsa del amigo Aragón, "La Sereníssima", cierto. Lo que pasa es que poco tengo que comentar en relación a ella, la verdad. Opino, al igual que el amigo Juaki, que el autor ha desperdiciado de la forma más tonta una impresionante puesta en escena, el mejor grupo que ha tenido en años, el pedazo de director que lo ha hecho sonar así de bien (Vicente Lázaro "Lali"), y las buenas músicas que le habían salido esta vez, por esa gilipollez de querer escribir todo el repertorio en italiano, o casi, lo que hace que escuchar la comparsa y seguir sus letras se convierta en un auténtico coñazo, del que uno desiste a la altura de los cuplés, más o menos. Me da pena, eso sí, la trabajera que se habrá tenido que pegar el grupo para cantar con ese acento tan conseguido y aprenderse un repertorio entero escrito de esa guisa... to pa na. Qué dolor de ellos. Claro que por otra parte, merecido se lo tienen todos por no haberle echado la idea para atrás al autor, y haberle dejado claro que así, a todas luces, no se puede ir al Falla. Yo no los pasaba ni a cuartos, en fin, pero aquí se va a demostrar el peso que tienen los nombres dentro del Concurso. Especialmente los de aquellos que luego más se quejan por el trato que les dan los del jurado, vaya.
"De Venecia yo no tengo ni un pelo / yo soy de un rincón que se llama Cai, donde está lo bueno", que cantaban "Los gondoleros de Venecia" en el año 1966, comparsa con la que me quedo antes que con esta otra de Aragón de todas todas, juas. Porque esa es otra, claro; yo pensé que la comparsa giraría en torno a Venecia pero sin que recurrieran al manido disfraz de gondoleros. Los que van de originales y de innovadores por la vida, ya ven...
Venga, ahora sí que sí; esta noche más, aunque no prometo que mejor.
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